Son muchas las dudas que giran en torno a las diferencias entre los virus y las bacterias. Muchas personas, por desconocimiento o por desinformación, meten en el mismo saco tanto las bacterias como los virus y tienden a mezclar estos términos cuando no son iguales.
Si quieres saber cómo diferenciarlos, ¡sigue leyendo!
¿Qué son las bacterias?
Las bacterias son organismos unicelulares que obtienen los nutrientes del ambiente en el que viven. Estas pueden ocasionar procesos infecciosos en el ser humano como: amigdalitis, tuberculosis, infecciones urinarias, otitis, neumonía, gastroenteritis, etc.
¿Qué son los virus?
Los virus son más pequeños que las bacterias, y éstos, necesitan un huésped para su supervivencia, al que le ocasionan una infección que puede ser: catarro común, gripe, laringitis, varicela, sarampión, rubeola, hepatitis, etc.
Principales diferencias entre virus y bacterias
Tamaño: Una de las principales diferencias entre los virus y bacterias es su tamaño, pues “las bacterias son hasta cien veces más grandes que los virus”.
Estructura: Los virus tienen una composición más simple formada por una partícula de genoma de ARN o ADN encerrada en una cubierta de proteína. En cambio, las bacterias presentan una estructura interior algo más compleja.
Reproducción: Las bacterias tienen la capacidad de crecer y reproducirse por sí mismas. En cambio, los virus no tienen la capacidad de dividirse por sí mismos, se replican sin parar y atacan a otras células.
Resistencia: Las bacterias cuentan con mecanismos muy resistentes. A diferencia de los virus, son capaces de sobrevivir a temperaturas extremas y durante largos periodos de tiempo.
Tratamiento: El tratamiento es la mayor diferencia entre los virus y las bacterias, ya que los antibióticos no son eficaces contra los virus pero sí contra las bacterias.
¡Recuerda! Si crees que tienes una infección bacteriana, acude a tu médico para que te recomiende el tratamiento más adecuado. ¡No tomes antibióticos por tu cuenta! El uso inadecuado de los antibióticos puede hacer que las bacterias se vuelvan resistentes.